Mañana plácida. Nos levantamos sin demasiadas ganas de hacer nada. A media mañana nos fuimos a Teguise a su famoso mercado de los domingos. Se trata de un típico mercado en el que se vende un poco de todo. Ropa, souvenirs, comida, etc. En fin, típico mercado español. Nos llamó la atención una casa a la cual le hicimos una foto debido a su peculiaridad.

LANZAROTE 136Ya por la tarde, y después de estar por el hotel haciendo de turistas alemanes tumbados al sol, nos preparamos para realizar una de las visitas estrella del viaje. Los Jameos del Agua. Se trata de una continuación de la Cueva de los Verdes. En concreto, es el túnel más cercano al mar. Pero antes de hablar de ellos, nos gustaría hacer referencia al Caletón Blanco. De camino a los Jameos, nos sorprendió esta fantástica playa de arena blanca y roca volcánica. No pudimos resistirnos a la tentación de parar y disfrutar de ese maravilloso entorno. El clima no acompañaba ya que hacía un fuerte viento y el mar estaba enbravecido, aunque posiblemente fue aquello lo que nos hizo detenernos. El hecho de observar aquella playa sin gente, sin sol y con el viento y el ruido de las olas cerca de nosotros.

Y después de las fotos, hemos ido hacia nuestro destino. Los Jameos son otra de las magníficas obras de César Manrique. Seguramente se trata de la mejor de todas, y sin duda refleja el estilo del artista, en el cual el arte y la naturaleza se mezclan de manera increible. Además, en esta cueva habita una especie de cangrejo única en el mundo. Un cangrejo albino y ciego de apenas 1 cm de tamaño. Reservamos previamente las entradas en esta WEB para no hacer colas

En Los Jameos del Agua hay un restaurante donde se puede cenar y en el que por supuesto reservamos. El entorno es precioso, y junto con la música ambiente disfrutamos de una velada de lo más romántica!!! Las fotos que hicimos no salieron demasiado bien al ser ya de noche, por lo que al menos hemos colgado alguna de internet para que podáis ver lo bonito del lugar.

Sinceramente fue un sitio bonito al que ir. No es que la cena fuese exquisita (simplemente no estuvo mal para lo que pagas) pero poder comer en un lugar diferente valió la pena. No siempre se cena en un lugar así…

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