Hasta ahora el viaje de los elefantes solamente había recorrido el mundo en los meses de verano. Este era el primer viaje que habíamos decidido probar en estas fechas de fin de año. Y la verdad es que ha sido un auténtico placer hacerlo.
Brujas es un lugar maravilloso que cualquier pareja debería visitar alguna vez. Esta pequeña ciudad flamenca la cual parece haberse detenido en el tiempo nos ha conquistado. Simplemente viajar por sus calles empedradas con sus típicos edificios góticos te transportan a un lugar de cuento encantado. Sus canales y su bonito Minnewater (lago del amor) son los lugares en los que se acrecienta esa sensación. Además al no ser muy grande se puede ir a todos los lugares caminando o, porqué no, en uno de los múltiples carruajes de caballos que hay por toda la ciudad. De verdad, que la fama de ser una ciudad mágica y romántica está bien merecida. Así pues a partir de ahora Brujas se ha ganado un pequeño lugar en nuestro corazón como uno de nuestros sitios favoritos.
Gante es una ciudad en la cual también predomina ese ambiente similar a Brujas, aunque como solamente estuvimos unas horas tampoco podemos acabar de opinar demasiado ya paseamos por su centro histórico y nos fuimos rápidamente a Bruselas.
Bruselas es la capital de Bélgica y es un lugar con dos caras bien distintas. En primer lugar es una ciudad moderna, actual, sede del Parlamento y Comisión Europea, las instituciones principales de la Unión Europea. Además es sus afueras alberga el Atomium, imponente monumento moderno y símbolo de la modernidad de la ciudad. La otra cara es la de su centro histórico, que conserva sus magníficos edificios medievales con la Grand Place como máximo exponente. Y esa mezcla es la que hace de la ciudad un sitio más que interesante para visitar. Y al igual que Brujas tampoco es excesivamente grande por lo que en 2-3 días se puede visitar y disfrutar sobradamente.
Y como decíamos antes, viajar en fin de año era una novedad para nosotros. Además de ser unas fechas entrañables por la decoración navideña, evitamos la aglomeración de gente y el calor veraniego. Se nota que hay menos turistas y que los lugares están menos masificados. Así que ha sido una bonita experiencia. Sin lugar a dudas repetiremos el fin de año próximo.
Ahora toca volver a nuestros quehaceres diarios hasta el verano próximo. Momento en el cual El viaje de los elefantes saldrá a conocer un nuevo destino y a pisar nuevas tierras, como decimos siempre con un paso lento pero aplastante, dejando seguro huella en nosotros. Aún no sabemos cual será ese nuevo destino, pero seguro que sea donde sea valdrá la pena contarlo de nuevo.