En este relato de viaje podréis comprobar que hemos vivido experiencias fascinantes y que todas ellas nos quedaran grabadas por siempre. Cabe decir que no soy muy fan de los viajes organizados, pero en este caso y viajando con mi madre, creo que fue lo acertado. Debido a las fechas, éramos un grupo bastante reducido por lo que hicimos muy buenas migas entre todos. El circuito en sí resultó magnífico, acorde el nº de días con los lugares visitados, y esto unido a las explicaciones del estupendo guía autóctono sobre cultura, tradiciones, historia, economía y política, fueron la clave del éxito del viaje.

Durante el circuito nos alojamos en hoteles magníficos, todos ellos de arquitectura islámica. Los tunecinos son un pueblo muy amable que nos trataron estupendamente en todos ellos.

Como recuerdo, me llevo la grandiosa y elegante arquitectura islámica. Me fascinó la Gran Mezquita de Kaïrouan, con su gran sala de oraciones cubierta de alfombras y lleno de relojes que marcaban las horas de oración. La gastronomía árabe marcada por la mezcla de sabores dulces y especiados, es una delicia para el paladar. Me quedo con el intenso sabor de los dátiles, la mermelada artesanal de higos y los tés a todas horas y lugares. Como experiencias, inolvidable el inmenso desierto del Sáhara con su arena fina que se escurría entre los dedos, conocer a la familia nómada donde pudimos probar la leche de dromedaria y el pan tunecino. Los oasis, puros contrastes entre el medio árido y aguas cristalinas y sin duda, la joya de la corona, Sidi Bou Saïd, pueblo pintoresco donde se puede observar la bahía, sin duda una de las más bonitas del mundo.

Lo único que no echaré de menos son lo empalagosos y agobiantes que son los vendedores en los zocos, puro arte de la venta intrínseco a la cultura. Jiji.

En fin, todos los pueblos que han ocupado el país durante su historia han conseguido dejar su huella de la que hemos sido testigos durante el viaje. País de grandes contrastes, nos ha dejado maravilladas.

CURIOSIDADES

Como ya he advertido en una de las entradas, no os extrañéis si pedís cuscús en un restaurante y no os ponen cubiertos, pues es típico comérselo con las manos. Simplemente hay que pedirlos aparte.

Si vas a comprar un shisha o cachimba, que no os den gato por liebre. En primer lugar, hay que tener claro para que la queréis, si es para ornamento con cualquiera basta, regateando se puede adquirir una con un bonito diseño y barata. Si es para fumar, ahí sí que tenéis que tener cuidado, no os dejéis llevar por la más barata, no os fieis aunque os asegure el vendedor que sí que sirve para fumar. Las que sirven para adornar, suelen estar confeccionadas con cobres o latones de baja calidad que al primer uso se oxidan y producen un sabor bastante desagradable, además de que las mangueras suelen obstruirse. Si las queréis para fumar aseguraros de que son de acero inoxidable, que la manguera sea de calidad y que os den todos los accesorios necesarios para poder utilizarla.

Sí, esta especie de manguera es lo que te vas a encontrar anexo al retrete en todos los servicios. Acuérdate de llevar siempre papel encima puesto que ‘limpiarte’ con la manguera y no secarte tiene lo suyo…

Hace un par de años leí un artículo sobre salud y seguridad laboral en África, recuerdo que llevaba como título algo así como ‘miseria y muerte en el trabajo’, éste relacionaba los accidentes laborales con la pobreza y precariedad unido a la ausencia de sistemas de control en salud y seguridad situando al continente en uno de los mayores índices de siniestralidad del planeta. Callejeando por Túnez, me quedé «ojiplática» con este artesanal andamio que cubría una de las fachadas de un edificio en construcción y con las condiciones de dentro de la obra. Si os fijáis, la ropa tendida y la cama parecen indicar que los trabajadores habitan el edificio mientras dure su construcción.

La rosa del desierto es una roca sedimentada formada en los desiertos. Se forma con diversas capas de yeso, agua y arena que forman cristales muy bellos que parecen una rosa. Se puede adquirir en distintos lugares del país, a precios y tamaños distintos. Nuestra adquisición fue del Oasis de Chebika.

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