Después de callejear bastante por Douz partimos rumbo a Matmata.

El nombre de la ciudad proviene de una de las tribus de los bereberes que habitaba en esta zona. Su particularidad es el desierto rocoso que lo envuelve y las estructuras subterráneas que utilizaban los bereberes como hogar, aunque actualmente la mayoría ya están deshabitadas. Para su construcción, tuvieron que cavar hoyos en el suelo y alrededor de sus perímetros excavar cuevas artificiales para ser utilizadas como habitaciones. Como todos los que lo visitamos, George Lucas también tuvo que admirar profundamente este lugar para rodar aquí mismo escenas de Star Wars. Dimos un paseo por la zona y nos adentramos en una de las impactantes cuevas abiertas para los turistas y en donde unas mujeres bereberes estaban tejiendo y cocinando el típico cuscús bereber con la cuscusera.

Partimos pues hacia el hotel a descansar de esta intensa jornada, pero no sin antes alimentar a una cría de camello con un biberón. Ésta también ha sido sin duda una de las grandes experiencias de este viaje.

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