Apenas a unos 20 km de distancia desde Vilnius, se encuentra el Castillo de Trakai. Durante nuestro viaje a los Países Bálticos teníamos marcado este lugar en rojo como visita obligada.
Fue además nuestro primer destino tras aterrizar desde Barcelona después de 3 horas y media de plácido vuelo. En el trayecto por carretera se puede comprobar la naturaleza y verde que hay en este país. Amplios bosques y arboledas enormes inundan ambos lados de la vía.
20 minutos después se llega a Trakai, un pueblo de 5000 habitantes que está rodeado por 5 lagos lo cual le da una belleza incomparable.
Lugar de vacaciones y descanso de muchísima gente, se respira paz y un ambiente de calma, mucha calma. Llegar a la parte más hermosa es sencillo, ya que solo hay que seguir la única vía del pueblo que nos acaba llevando a su famoso castillo. Como lo más normal es pasar el día en los alrededores del castillo y volver a Vilnius os recomendamos comer en un de los múltiples restaurantes que hay.
En nuestro caso quisimos probar lo más típico de Lituania. Nos llamó la atención uno llamado Kybynlar. Un par de kibinas (famosas empanadillas rellenas de carne) junto con una ensalada fría de ternera de menú. Todo ello acompañado con un par de frescas cervezas lituanas.
Después de una buena comida nos acercamos paseando al famoso castillo de Trakai.
Lo más bonito no es el castillo en sí, sino es su entorno el que le da esa magia que tiene. Un castillo que es pequeño y además está reconstruido desde hace unos años. Su belleza radica en su posición, rodeado de agua, lo cual contrasta con sus ladrillos rojizos y el verde de los árboles que lo envuelven. Ese es su atractivo.
Para llegar tienes que caminar por una larga pasarela que atraviesa uno de los lagos que lo rodean. De otra manera, la única forma de acceder es con una embarcación. Consta de un patio grande y algunas estancias con objetos típicos de la época medieval.
Por los alrededores del castillo se respira mucha tranquilidad. De hecho hay una cosa que nos ha llamado mucho la atención, el silencio con el que la gente se mueve por allí. No se oye prácticamente hablar a la gente y los que lo hacen, es de forma muy bajita.
Como hemos dicho antes, tras pasar prácticamente todo el día en Trakai lo normal es volverse a Vilnius. Otra opción es quedarse por allí un par de días disfrutando del paraje como hacen muchos que vienen aquí. Alquilarse una casita, navegar con una barquita por sus lagos, etc.
Puede ser una buena idea si se disponen de más días para visitar por el país.
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