Durante nuestro Fin de año en Hamburgo nuestros chicos iban en busca de una figura muy popular de la ciudad cuyo sobrenombre es “Hans Hummel”, personaje que le hizo especial gracia a Xavi. Os contamos su historia:
Daniel Christian Hummel era un soldado muy querido por los niños que iba contando sus excitantes batallitas de guerra por las calles. Tras su muerte, un joven llamado Johann Wilhelm pasó a ocupar su domicilio y a trabajar como aguador, profesión habitual en la época de 1800.
A diferencia del soldado, Johann se gastaba un genio de mil demonios. Se le veía asiduamente enojado trasportando sobre sus hombros dos cubos llenos de agua. Tal era su cara de pocos amigos que los niños empezaron a meterse con él gritándole el apodo de “Hummel, Hummel”, que era el nombre del soldado fallecido tan opuesto a él, a lo que Johann, cargado con todo el peso de los cubos solía responderles gruñendo un “Mors, Mors”, abreviatura de frase que significa, ejem ejem… “chúpame el culo”.
Desde entonces, el hecho en el que un hamburgués dice “Hummel, Hummel” y el otro le responde con “Mors, Mors”, se ha convertido en un saludo muy popular en Hamburgo y el falso “Hans Hummel” en una famosa figura simbólica de la ciudad que te puedes encontrar en casi cualquier lugar.
De hecho, este peculiar saludo fue utilizado como señal por los soldados de Hamburgo durante la Primera Guerra Mundial. Y hoy en día también por el equipo de fútbol del Hamburgo, ya que cada vez que marca un gol en su estadio, el speaker grita por el micrófono “Hummel, Hummel”, a los espectadores responden “Mors, Mors”.
Deja una respuesta